Y cuando salían por en medio de la hendidura de una gran navaja, anchos
y delgaditos resbalando por la fina madera…. revoloteaban como medios rozados y
medios rubios rizos…unos se extendían
sin dejar de enrollarse y sin romperse, y otros, brincaban en pedacitos hasta formar todos un
gran colchón sumamente livianito que al caer sobre él, pegabas al suelo porque
no pesaba nada….de todos modos me gustaba tirarme sobre ellos, y que mi ropa se
llenara de viruta y aserrín hasta que los brazos de mi padre con aquel olor que
me daba calor y amor y sabor a aceite combinado con humo de cigarro y alcohol
me levantaban como si no pesara nada y me sentaban sobre sus rodillas. Al rato venía mi madre y me llevaba adentro a
un cuarto de piso fresco que era el sótano de la casa que estaban
construyendo arriba. Me dejaba sobre la cama siempre tendida con aquella
colcha de muchos borditos que cuando dormíamos se nos quedaban pintados en la
cara, pero yo, me bajaba al piso porque me encantaba jugar
con las cosas tiradas y encontrarme con
mi hermano para meternos debajo de la estufa, donde alguna vez cuando lo empuje se pegó
porque ya no cabía abajo tan fácilmente como yo.
Mucho frío decían que estaba haciendo siempre pero yo no tenía
nunca…será porque me cobijaban tan bien los brazos de mi madre que por cierto
me encantaba estar ahí siempre...y mientras ella platicaba yo jugaba con los
dedos de sus manos…los tenía tan presentes que ya tenía juegos especiales cada
vez que estaba un ratito en su regazo...hasta que me soltaba de nuevo para hacer
la cena o arreglar la ropa…dejándome en esa cama que había hecho mi papá cuando
se casaron y que todavía la tiene en su recamara mi hermano de en medio. Yo me ponía a llorar porque me encantaba que
me volviera a coger en sus brazos y casi siempre que eso sucedía se ponía a
bailar conmigo cantando una de sus hermosas canciones o rezando, y viendo la
imagen de la virgen de Fátima que colgaba en medio de la pared, enfrentito de nosotros, pero la cama, estaba pegada a la pared por un lado, así que la virgen también estaba en la pared
de un lado de la cama…..y así no podía tener yo frío.
Cuando pasó un poco de tiempo….ya no estábamos en el mismo cuarto
porque mi padre había terminado de construir la casa arriba de ese sótano y era
tan pero tan bonita y a mi me parecía que mi madre era feliz con esa casa. Primero al llegar por la calle tenía al
frente un hermoso jardín lleno de pompones, gardenias y margaritas grandes y de
todos colores que formaban un gran cuadrado lleno todo bordeado por un cerquito
de madera para protegerlas y que estaba un poquito mas alto de lo que las
flores crecían y por en medio una puertecita y un caminito para poder entrar a
la casa.
Al terminar el jardín subías a
un porche que era una banqueta alta cuadrada y enfrente una ventana y al lado
derecho una puerta que daba a la sala.
Recuerdo tan bien cuando entramos la primera vez y estaba vacía…y decía
mi mamá...aquí va a ir la sala…allá la recamara frente al baño y luego la
cocina, después del baño, que tenia
un pequeño pasillo para quedar independiente. De lo que no me acuerdo es de los muebles de
la sala no se si hubo ni como eran pero si de la recámara….ahhh y …mi papá hizo
un comedor hermoso con unos respaldos de lira que todavía adorna el comedor de
mi casa aunque las liras ya se cambiaron porque se quebraron, pero de sillones de sala no me acuerdo. En esa tan agradable recámara siempre mi
madre platicaba sentada y yo seguía en sus brazos jugando con sus dedos y su
anillo de matrimonio y al bajarme de sus brazos ahora tenía otro gran juguete
que era su maquina de cocer. Ella
siempre cocía y mientras yo estaba debajo de sus piernas, muy cerquita de la banda que daba vuelta
cuando pisaba un gran pedal, donde a
veces me sentaba para que me paseara. Siempre ella lo movía para cocer. También jugaba con los botones de todos los vestidos que
había tenido y que luego los cambiaba y hacia otros vestidos. Botones hermosos que eran mis juguetes
favoritos y que ahora están todavía en la misma máquina, en la sala de la casa
de mi hermano mayor.
El caso es que a mi, me gustó también
mucho esa casa. Ya después podía correr
por todos lados y conocer a cada paso cosas nuevas que me llamaban mucho la
atención aunque me ponía triste y me daban ganas de llorar, porque no me dejaban hacer muchas cosas, pues de repente, me detenían cuando quería hacer algo y sobre
todo no podía salir a la calle. Allá
enfrente, teníamos unos amigos de mi
hermano y lloré mucho una vez que se fueron a una fiesta y a mi no me llevaron
todavía no se porqué. Después de unos
años ya podía salir a la calle y sobre todo los días de nieve, corríamos por mi papa allá abajo para que
viniera y pusiera una bandeja grande de lamina y la llenara de nieve limpia….a
mi papa le gustaba hacernos monos de nieve y los hacía muy grandes casi de su
tamaño...ahi nos duraba mucho tiempo y mientras cuando ya salía mi amigo Carlitos
de la casa de enseguida, empezábamos
todos a jugar bolas de nieve …pero sí que dolían…no las debías apretar mucho
para que no te golpearan fuerte pero había unos niños malos que las apretaban
entonces, te pegaban como si fueran
piedras….nosotros no..Solo uníamos la nieve como nos enseñaba mi papá y nos tirábamos
con ellas para que al caernos se desbarataran sobre nuestras chamarras gorras y
guantes.
Cuando no había nieve teníamos un carrito de pedales rojo y otro que
era como una caja de trailer pero de reja para jalar… además de un
triciclo. Yo me subía en el carro de
rejitas para que me pucharan y me jalaran porque afuera de la casa estaba de
subida hasta la esquina de la tienda de don Claudio…entonces nos íbamos a la
tienda y desde allá nos veníamos a toda carrera hasta la casa…ya no seguíamos
mas adelante porque para el otro lado de la casa estaba bajo y había una casa
muy abajo a la altura del sótano pero ahí Vivian unos niños que siempre
peleaban con nosotros entonces no nos acercábamos aunque siempre me provocaba
el árbol de bellotas que se veía desde arriba.
En la cocina cuando lograba conseguir que mi mama me subiera a la ventana
del lavaplatos nos sentábamos yo y mi hermano o si no nomas me asomaba mi mama
en sus brazos para que viera allá a lo lejos Casi siempre unos papelitos
volando en el cielo…muchas veces era propaganda que tiraban los aviones para
anunciar algo pero otras veces parecían papelitos pero eran láminas de alguna
casa que explotaba porque se prendía con el gas entubado y salían volando las láminas
tan alto como los papelitos que e tiraban los aviones…..mira mijita me decía mi
mama levantándome y recargándome sobre el lavaplatos ….allá ves esos
papelitos….?
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